La instalación el sábado de un perímetro de vallas en torno al domicilio de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, elevó la tensión en las calles de Buenos Aires, con choques entre policías antidisturbios y un grupo de simpatizantes de la expresidenta del país.

Al cabo de la tensa jornada y aclamada por miles de manifestantes y entre gritos de «Cristina presidenta», Fernández de Kirchner pronunció un discurso nocturno en el que pidió la retirada y el abandono de la protesta por parte de sus seguidores, aunque no escatimó en críticas a la oposición y especialmente al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, cuyo gobierno municipal ordenó la instalación de estas vallas en la madrugada del sábado, así lo indica EFE. 

“Odian la alegría y el amor peronista”, afirmó Fernández de Kirchner sobre sus adversarios en un escenario en la puerta de su residencia señalando que los peronistas “siempre hemos sido objeto de la violencia”.

Cientos de manifestantes derrumbaron con violencia las vallas en la tarde del sábado en violentos enfrentamientos con la policía que sacaron carros lanzaaguas para tratar de controlar los desórdenes.

“Si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar”, coreaba alto y claro la multitud en un momento del discurso. De su lado, AP reseña que, Horacio Larreta afirmó que todos los dirigentes políticos tienen la responsabilidad de “contribuir con nuestras acciones y declaraciones a la paz social” evitando conflictos entre argentinos y pidió a la vicepresidenta que asumiera la responsabilidad de que sus simpatizantes que se valoran de forma pacífica a sus casas.

El presidente Alberto Fernández intervino vía Twitter afirmando que es imperioso “que cese el hostigamiento” a la vicepresidenta y garantizar la libertad de expresión y manifestación de los ciudadanos.