Con información de EFE 

El Tribunal Supremo de Estados Unidos sentó el miércoles en el banquillo a Twitter para estudiar si la empresa de Elon Musk es responsable de ayudar a instigar un atentado terrorista al no eliminar correctamente contenido publicado por organizaciones como el Estado Islámico.

La red social tiene una denuncia, junto con Facebook y Google (como dueña de YouTube), hecha por la familia del jordano Nawras Alassaf, quien murió el 1 de enero de 2017 en un club nocturno en Estambul a manos de Abdulkadir Masharipov, un terrorista que irrumpió en el lugar y asesinó a 39 personas.

Los denunciantes alegan que, puesto que la organización terrorista utiliza estas plataformas “para reclutar miembros, emitir amenazas terroristas, difundir propaganda, infundir miedo e intimidar a la población civil”, las compañías tecnológicas pueden considerarse responsables de instigar este atentado.

En su opinión, brindaron así apoyo material al Estado Islámico proporcionando la infraestructura y los servicios que le permiten “promover y llevar a cabo sus actividades terroristas”, al no monitorear y eliminar de manera proactiva el contenido terrorista. Los denunciantes afianzan sus aseveraciones a la Ley Antiterrorista (ATA) y a la Ley de Justicia contra los Patrocinadores del Terrorismo (JASTA), que permiten a las víctimas del terrorismo presentar demandas de responsabilidad primaria y secundaria contra cualquier entidad que ayude a un acto terrorista.