Después de que la Administración de Archivos Nacionales y Registros de Estados Unidos pidió al Departamento de Justicia investigar al expresidente Donald Trump por llevarse de la Casa Blanca varias cajas de documentos, justamente el republicano habló al respecto asegurando que los medios convirtieron su relación con la Administración Nacional de Archivos y Registros (NARA) en «fake news» (bulos) y aseguró que entregó a esa oficina varias cajas que tenía en su casa de Florida voluntaria y amistosamente.

A través de un comunicado reseñado por EFE, se conoció que las cajas fueron retiradas por NARA en enero de la residencia de Trump en Mar-A-Lago, un club privado de su propiedad en Palm Beach (Florida). Cuando abandonan el poder, los presidentes estadounidenses deben entregar a los Archivos Nacionales todas las cartas, notas, correos electrónicos y otras comunicaciones por escrito que estén relacionadas con sus funciones oficiales como mandatario, para su conservación.

El hecho de que Trump se llevara esas cajas a Florida plantea dudas sobre si pudo violar la Ley de Registros Presidenciales, que requiere la conservación de esos documentos, aunque la capacidad de los Archivos Nacionales de penalizar a quienes infrinjan la legislación es muy limitada.