Con información de swissinfo

Médicos Sin Fronteras (MSF) atendió en lo que va de año 397 casos de violencia sexual padecida por migrantes que cruzaron el Tapón del Darién, la frondosa y montañosa selva que separa Colombia y Panamá, y alertó de «eventos masivos de violencia sexual» en el lado panameño.

«¿Cómo sobrevive uno a cinco violaciones?», le preguntaba una migrante venezolana a los trabajadores de la organización médico-humanitaria que atiende en el lado panameño de la frontera, a la salida de la selva. «Estamos cruzando la selva buscando un mejor futuro, no para que nos acaben la vida. No te acaba la vida una culebra, te acaban la vida los hombres que están adentro, que violan y matan», apunta.

«Vi que muchas fueron violadas. Las vi salir desnudas y golpeadas. Te agarran entre una, dos y tres personas y te violan y atrás viene el otro y te vuelve a violar y, si gritas, te golpean», asegura la mujer.

En el caso de esta venezolana, todo el grupo con el que viajaba fue secuestrado. A quienes no llevaban dinero, los maltrataban; a ella le golpearon en las piernas.

En lo que va de año, casi 460.000 personas han cruzado esta peligrosa selva, en un máximo histórico de personas que han decidido tomar esta ruta hacia Norteamérica con la que se exponen a riesgos ya no solo del propio clima y circunstancias de una selva –crecidas de ríos, lluvias torrenciales, picaduras de insectos y animales- sino también por la presencia de grupos armados y bandas criminales.

«La violencia sexual en el Darién es cada vez más cruel y deshumanizante», denunció Médicos Sin Frontera. Los casos aumentaron en octubre, cuando en una sola semana atendieron 59, «lo que significa un evento de violencia sexual ocurriendo cada 3 horas, y dentro de los que se cuentan 3 a menores de edad».