China revocó el miércoles las reglas sobre el aislamiento de las personas con COVID-19 y eliminó los requisitos de pruebas del virus en algunos lugares públicos, en un cambio dramático a una estrategia que confinó a millones de personas en sus hogares y provocó protestas y demandas para el presidente Xi Jinping.

La medida se suma a la relajación anterior que alimentó las esperanzas de que Beijing estaba desechando su estrategia de «cero COVID» que está interrumpiendo la fabricación y el comercio mundial.

Sin embargo, de acuerdo a lo que reseña AP, los expertos advierten que las restricciones no se pueden levantar por completo hasta al menos mediados de 2023 porque millones de personas mayores aún deben vacunarse y fortalecer el sistema de atención médica.

China es el último país importante que aún intenta acabar con la transmisión del virus, mientras que muchas naciones pasan a tratar de vivir con él. A medida que levantan las restricciones, los funcionarios chinos también han pasado a hablar sobre el virus como menos amenazante, un posible esfuerzo para preparar a las personas para un cambio similar.