Después de un servicio religioso que cerró luego de diez días de condolencias por su fallecimiento, la reina Isabel II ya descansa en la capilla de San Jorge, donde fue enterrada el lunes junto a su esposo, el duque de Edimburgo, en una ceremonia privada a la que solo asistieron los miembros más cercanos de la familia real británica.
Fue la última despedida de Isabel II, que viajó en coche fúnebre desde Londres, antes de recibir el cariño de su gente en las calles de Windsor y de entrar en la capilla de San Jorge, lugar de reposo de los grandes monarcas británicos.
Alrededor de las 15.30 hora local, el féretro de la reina entró en la localidad de Windsor, situada al oeste de Londres. Algo más de una hora tardó el carro fúnebre en recorrer los 35 kilómetros que separan el arco de Wellington, lugar del que partió el coche tras el funeral en la Abadía de Westminster, del castillo de Windsor, donde la gente pudo darle una despedida final.
Con fuerte escolta y con la presencia de miles de personas en las calles del pueblo, el féretro con la reina Isabel II entró en la que ha sido su residencia más habitual y desde ahí se dirigió a la Capilla de San Jorge, situada apenas unos metros del castillo, donde se realizó un pequeño servicio, como quedó acordado con la monarca antes de su muerte, reseña El Correo Web.
Una vez el féretro se colocó en el altar, los miembros de la familia real tomaron su sitio. El primero, el rey Carlos III, ovacionado a su llegada a Windsor y acompañado por sus hermanos y por sus hijos. A las 16.49 hora local, el féretro fue bajado a la cripta, después de que el rey Carlos III colocara una bandera militar de la reina sobre él y el lord chambelán (el cargo de mayor rango en la residencia de la reina), Andrew Parker, rompiese simbólicamente el bastón de mando.
Se entonó el “God Save the King” (Dios Salve al Rey), el nuevo himno nacional que sustituye al “God Save the Queen” (Dios Salve a la Reina). El rey se despidió del arzobispo de Canterbury y salió de la capilla, entre los aplausos del público de Windsor y dando por cerrados los actos oficiales por la muerte de su madre.
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