Los ocho nietos de la reina Isabel II realizaron una vigilia silenciosa junto a su ataúd el sábado, culminando otro gran día en el que miles acudieron a presentar sus respetos. Los dolientes se apiñaron en una fila que serpenteaba por Londres, soportando la noche más fría de la ciudad en meses y esperas que se extendieron hasta 16 horas.

Las autoridades advirtieron que se esperaba un clima más frío el sábado por la noche. “El pronóstico de esta noche es frío. Se recomienda ropa abrigada”, tuiteó el ministerio a cargo de la línea.

Honrando su paciencia, el rey Carlos III y su hijo mayor, el príncipe Guillermo, hicieron una visita no anunciada el sábado para saludar a las personas que esperaban para pasar frente al ataúd de Isabel, estrechar manos y agradecer a los dolientes en la fila cerca del puente Lambeth.

Más tarde, todos los nietos de la reina estuvieron junto a su ataúd. William y el príncipe Harry, los hijos de Carlos, se unieron a los hijos de la princesa Ana, Zara Tindall y Peter Philips; las hijas del príncipe Andrés, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia; y los dos hijos del príncipe Eduardo: Lady Louise Windsor y James, vizconde Severn.

AP explica que, William, ahora el heredero al trono, estaba de pie, con la cabeza inclinada, a la cabecera del ataúd y Harry a los pies. Ambos príncipes, que son veteranos militares, vestían uniforme. Los dolientes continuaron desfilando en silencio.