Más de 4.600 vuelos fueron cancelados el pasado sábado por la potente tormenta de nieve, calificada como un ciclón bomba, que azota el noreste de Estados Unidos con temperaturas muy por debajo de cero grados centígrados (32 grados fahrenheit) y fuertes vientos.

A las 12.00 hora local de Nueva York (17.00 GMT) 4.624 vuelos se habían cancelado en el país, según el sitio de seguimiento FlightAware. Un total de 891 se cancelaron en el aeropuerto JFK de Nueva York, otros 556 en el también neoyorquino aeródromo de LaGuardia y hasta 608 se suspendieron en el aeropuerto de Newark, situado en el vecino estado de Nueva Jersey.

La directora de los Servicios de Emergencia de Nueva York, Jackie Bray, precisó en una rueda de prensa reseñada por EFE que se cancelaron el 76 % de los vuelos en JFK y el 90 % en LaGuardia, mientras que Newark ha dejado en tierra al 85 % de los aviones que tenían planeado viajar.