Con información del Nuevo Herald
Autoridades de la ciudad de Doral, se enfrentan a un dilema mientras navegan por el cambiante panorama de la política migratoria de la administración de Trump.
Es de mencionar, que la ciudad de Doral, cuenta con la mayor población de venezolanos, al oeste de Miami-Dade.
Por un lado, están lidiando con la eliminación de las protecciones contra la deportación para los venezolanos que habían sido extendidas por el presidente Joe Biden poco antes de dejar el cargo. La inminente terminación de la política conocida como Estatus de Protección Temporal (TPS) por parte de la administración Trump amenaza a cientos de miles de venezolanos, muchos de los cuales viven en Doral, con una posible deportación al país del que huyeron.
Por otro lado, están actuando con cautela para evitar una confrontación directa con el presidente Donald Trump, cuya candidatura muchos de ellos apoyaron, mientras al mismo tiempo buscan soluciones para un segmento significativo de los residentes de la ciudad.
Los venezolanos tienen profundas raíces en Doral: El 40% de la población de la ciudad es de origen venezolano. De ellos, al menos 10.000 son ciudadanos estadounidenses, lo que representa un tercio de los votantes de la ciudad y juegan un papel fundamental en las elecciones locales.
Rafael Pineyro, el único miembro del concejo de la ciudad que es venezolano, propuso una resolución “instando al presidente Trump a encontrar una solución para los venezolanos que cumplen con la ley.”
Pineyro dijo que Doral se ha convertido en una de las comunidades más prósperas de Miami-Dade y una de las ciudades de más rápido crecimiento en la nación, en gran parte gracias a las contribuciones significativas de la comunidad venezolana que ha hecho de la ciudad su hogar durante la última década.